sábado, 29 de octubre de 2011

Balada de la Cárcel de Reading - Oscar Wilde

Sir Oscar Wilde
Balada de la cárcel de Reading
   
"Cuando salí de la cárcel, unos me esperaban con ropas y especias; otros, con buenos consejos.
Tú me esperaste con amor" - Oscar Wilde.



I
Ya no llevaba la guerrera roja
pues -la sangre y el vino rojos son,
y sangre y vino reteñían sus manos
cuando a él con la muerta se le halló,
con la mísera muerta que él amara
y a la que él en su lecho asesinó.


El caminaba entre los condenados
con su traje color gris viejo y raído
y su gorro de dril en la cabeza.
Su paso, alegre y ágil parecía,
pero jamás vi a un hombre que mirara
con tan ávido afán la luz del día.

Jamás he visto a un hombre que mirara
con tan ávidos ojos esa tienda
diminuta y azul que los penados
en su cautividad 1laman "el cielo",
y esas nubes movidas por el viento
con sus velas de mar, color de argento.

Y caminaba yo con otras almas
en pena, y en órbita distinta,
y yo me preguntaba si el pecado
de aquel hombre sería pequeño o grande,
cuando una voz atrás me dijo quedo:
"El preso que está allí, va a ser colgado".

¡Ah, Cristo querido! Los mismos muros
del penal parecía que tambalearan!
Volviose un casco de candente acero
el cielo azul sobre nuestras cabezas,
y aunque yo era también un alma triste
ya no pude sentir mi propia pena.


Sólo pude saber qué pensamiento
obsesional precipitó su paso,
y por qué contemplaba con pupilas
tan ávidas la luz del claro día:
¡ese hombre había matado lo que amaba
y tenía que morir por esa causa!

* * *

Sin embargo, -¡y escúchenlo bien todos!-
siempre los hombres matan lo que aman!
Con miradas de odio matan unos,
con palabras de amor los otros matan,
el cobarde asesina con un beso
y el hombre de valor con una espada!

Unos matan su amor cuando son jóvenes,
otros matan su amor cuando son viejos,
con las manos del oro mátanlo unos,
con manos de lujuria otros lo asfixian,
y los más compasivos con puñales
pues los muertos así, pronto se enfrían.

Algunos aman demasiado corto,
algunos aman demasiado largo;
unos venden amor y otros lo compran,
éstos aman vertiendo muchas lágrimas,
sin un leve suspiro aman aquéllos,
porque cada hombre mata lo que ama
aunque no tenga que morir por ello!


Él no muere una muerte vergonzosa
un torvo día de desgracia oscura,
ni tiene un nudo al rededor del cuello,
ni su pálida faz un paño cubre,
ni los dos pies para agarrar el piso
estira en el instante que más sufre.

* * *

No se sienta con hombres silenciosos
que atentos lo custodian noche y día,
que vigilan su llanto cuando llora
y cuando va a rezar sus oraciones,
y hasta el último instante lo vigilan
por miedo de que él mismo pretendiese
robarle su botín a las prisiones.

No se despierta al alba a ver figuras
horribles que en su cuarto se amontonan,
ni al capellán de blanco y tembloroso,
ni al alguacil que está severo y torvo,
ni al jefe del penal todo vestido
con tela de un color negro brillante,
y en su rostro la cara del Destino.

El ya no se levanta con piadosa
ligereza a vestirse de convicto;
en tanto, un doctor ruin y malhablado
anota de sus nervios los latidos,
apretando un reloj entre los dedos
cuyo tic-tac pequeño es parecido
a los golpes que da un martillo horrendo.


El no siente esa sed cruel y enfermante
que abrasa la garganta de la víctima
antes de que el verdugo con sus guantes
de jardinero por la puerta salga
para amarrarlo ya con tres correas,
a fin de que su cálida garganta
el ardor de la sed ya nunca sienta.

No inclina la cabeza fatigada
para oír el Oficio de Difuntos,
ni la inclina tampoco cuando su alma
le dice a solas que no ha muerto aún,
ni cuando yendo ya para el patíbulo
se encuentra en el camino su ataúd.

El ya no mira atentamente el aire
por un pequeño techo de cristal;
con sus labios de arena ya no reza
a fin de su agonía apresurar,
ni en sus mejillas temblorosas siente
el beso taciturno de Caifás.


II
Seis semanas duró aquel sentenciado
paseando por el patio su indolencia,
con su traje color gris, viejo y raído
y su gorro de dril en la cabeza.
Su andar, alegre y ágil parecía,
pero jamás vi a un hombre que mirara
con tan ávido afán la luz del día.


Jamás he visto a un hombre que mirara
con tan ávidos ojos esa tienda
diminuta y azul que los penados
llaman cielo, y las nubes pasajeras
que rielan en vellones encrespados.

No retorcía sus manos como lo hacen
los hombres sin ingenio que se atreven
a erigir la Esperanza tornadiza
en el antro del negro Desespero:
él miraba tan sólo el sol radiante
y bebíase el aire mañanero.

No retorcía sus manos ni lloraba
ni siquiera quejábase en voz baja,
mas bebíase el aire cual si el aire
virtudes saludables contuviese,
y bebíase el sol a boca abierta
así como si el sol un vino fuese.

Y yo, y todas las ánimas en pena
que estábamos en órbitas distintas,
echamos en olvido si fue grande
o si pequeño fue nuestro pecado,
y con torpe mirada asustadiza
mirábamos al que iba a ser colgado.


Era extraño mirarlo cuando andaba
con paso tan ligero y tan alegre,
y extraño mucho más, cuando miraba
la luz del día con ansioso afán;
y extraño era también pensar que este hombre
tenía tan dura deuda que pagar.

* * *

Pues porque en cada primavera brotan
a la encina y al olmo frondas gratas;
más triste es ver el árbol del patíbulo
con sus duras raíces que las víboras
hieren con sus mordiscos más profundos,
y verde o seco, siempre un hombre tiene
que morir, antes de que él dé sus frutos.

El puesto más visible y elevado
es la silla de gracia a la cual tienden
todas las vanidades; sin embargo,
¿quién estaría de pie, sobre un tablado,
con un dócil cordel atado al cuello,
y a través del collar cruel y asesino
por la postrera vez mirar al cielo?

Dulce es bailar al son de los violines
si el Amor y la Vida son propicios;
danzar al son de flautas y laúdes
es siempre un baile delicado y raro;
pero bailar con ágil pie en el aire
no es cosa dulce ni ejercicio grato.


Con sumisión enferma y ojos ávidos,
nosotros lo miramos noche y día,
y a veces divagamos si cada uno
de nosotros tal vez terminaría
en forma parecida, pues ninguno
logra decir en cuál Infierno rojo
puede extraviarse un alma enceguecida.

Por último, una vez, el condenado
ya no más caminó entre los cautivos,
y supe que de pies él había estado
entre la negra celda pavorosa,
y que jamás de nuevo volvería
a ver su rostro alegre o desolado.

Así, cual dos navíos en naufragio
que pasan al furor de una tormenta,
nosotros nos cruzarnos en la vía
de uno y otro, sin hacernos señas
ni decirnos siquiera una palabra;
¡no teníamos palabras qué decirnos
porque no nos hallábamos nosotros
en la noche sagrada y placentera
sino en el día fatal de la Vergüenza!

Un muro de prisión nos rodeaba
a los dos, y dos bandidos éramos,
puesto que el mundo nos había arrojado
de su insensible corazón. Dios mismo
nos alejó también de su cuidado;
la trampa férrea que a la Culpa espera
ya nos había cogido entre su lazo.


III
En la prisión de Debtors Yard, las piedras
duras son, y es alto el chorreado muro;
allí tomaba el aire el prisionero
bajo el cielo de plomo, y un gendarme
a cada lado suyo caminaba
por el terror de que muriese el preso.


O también se sentaba con aquellos
que guardaban su angustia noche y día,
cuando para llorar se levantaba
o cuando se inclinaba para el rezo,
y que lo vigilaban hasta lo último
por temor de que él mismo se robase
su vil presa al patíbulo sangriento.

El jefe del penal era un estricto
cumplidor del severo Reglamento:
el doctor sostenía que la muerte
era un simple fenómeno científico,
y el capellán, dos veces en el día,
un folleto piadoso le dejaba
cuando iba a hacerle la habitual visita.

Y dos veces al día fumaba pipa
y se bebía su jarro de cerveza;
su alma era resuelta y no tenía
un lugar escondido para el miedo;
con frecuencia decía que se alegraba
porque el día de la horca se acercaba.


Pero por qué decía cosas tan raras
los guardas nunca osaron preguntarle,
porque aquel a quien dieron por destino
vigilar una cárcel de desgracia,
sellar debe sus labios con cerrojos
y transformar su rostro en una máscara,

pues también él podría ser ablandado
y dar confortativos y consuelos;
mas... la Humana Piedad, ¿qué hacer podría
mirando el antro de los asesinos?
¿Qué palabra de gracia allí podría
a un alma hermana procurar alivios?

* * *

Con crudo balanceo los presidiarios
al rededor del círculo ensayábamos
la Marcha de los Tontos. ¡Qué importaba!
¡Nosotros bien sabíamos que éramos
tan sólo la Brigada del Demonio!
¡Pies de plomo y cabezas afeitadas
hacen las más alegres mascaradas!

Deshilábamos las cuerdas embreadas
con uñas embotadas y sangrantes;
frotábamos las puertas y los suelos,
y las rejas de hierro las limpiábamos;
con fuerza, tabla a tabla, enjabonábamos
el piso, y con baldes lo golpeábamos.


Cosíamos los sacos, y quebrábamos
las piedras y las rocas, y volteábamos
el polvoso taladro, y golpeábamos
las latas, y gritábamos los himnos,
y sudábamos siempre en el molino;
pero en el corazón de cada hombre
yacía el Terror aún, como escondido!

El Terror se arrastraba cada día
cual ola henchida de marinas algas;
nos olvidamos del destino amargo
que al bandido y al loco les espera,
hasta que cierta vez, yendo al trabajo,
al pasar vimos una tumba abierta,

con bostezante boca de hondo hueco
como para tragarse a un ser viviente;
el mismo barro reclamaba sangre
al sitibundo círculo de asfalto;
y nosotros supimos que mucho antes
de despertar el alba sobre el mundo,
el compañero aquel sería colgado.

Y nosotros seguimos a las celdas
en el alma metidas ya la Muerte
y el Terror y el Destino. Y el verdugo,
con su pequeña bolsa, se iba abriendo
paso entre las tinieblas, renqueando...
Yo estaba tembloroso cual si fuese
camino hacia un sepulcro numerado.


Tal noche, los vacíos corredores
llenos de formas de Terror estaban;
de arriba a abajo, en la ciudad de hierro,
rondaban con pisadas taciturnas
para que no pudiéramos oírlas;
y entre las barras férreas que ocultan
la luz de las estrellas, caras blancas
entre ¡a oscuridad se percibían.

Era como quien duerme un dulce sueño
en una extensa y plácida llanura;
custodiábanlo a él mientras dormía
los celosos guardianes, pero éstos
no podían entender cómo él tenía
tan tranquilo dormir, con un verdugo
de su mano pegado noche y día.

Mas no hay sueño posible cuando lloran
los ¡hombres que jamás habían llorado;
así, todos nosotros, los insanos,
y los bandidos y los fraudulentos,
velamos esa noche interminable;
y con manos de pena se arrastraba
el ajeno Terror en los cerebros.

Qué cosa tan horrenda es sentir uno
las culpabilidades de los otros!,
porque la espada del delito, recta,
penetra hasta su puño envenenado;
¡y eran como de plomo derretido
las lágrimas ardientes que lloramos
por una sangre que jamás vertimos!


Con zapatos de fieltro, los guardianes
marchaban a atisbar por las rehendijas
de las puertas cerradas con candado,
grises figuras que les daban miedo
trazadas en los pisos, y los guardias
pensaban en por qué se arrodillaban
a rezar los que nunca habían rezado.

Hincados de rodillas nos pasamos
toda 1a noche recitando preces;
¡Locos de luto conduciendo a un muerto!
Las plumas agitadas y revueltas
de mitad de la noche, parecían
los penachos fatídicos de un féretro;
y como vino amargo en una esponja
el sabor era del Remordimiento.

* * *

El gallo gris cantó y el gallo rojo
cantó también, mas no llegaba el día;
y tortuosas figuras terroríficas
cruzaban el rincón donde yacíamos;
y cada vil fantasma endemoniado
que en medio de la noche caminaba
delante de nosotros, parecía
jugar entretenido a nuestro lado.

Ellos fosforescían y se apagaban
así como aparecen y se ocultan
los viajeros en medio de la niebla;
de la luna burlábanse y le hacían
corvetas y figuras exquisitas;
con formal paso y repugnante gracia
los fantasmas llegaban a la cita.

Y los vimos marchar haciendo muecas
y gesticulaciones; eran formas
delgadas y cogidas de las manos;
por rutas de pavor, cerca, muy cerca,
ellos trotaban una zarabanda,
y los grotescos condenados hacían
dibujos, como el viento hace en la arena.

Con las piruetas de las marionetas
tropezaban marcando las pisadas,
pero con flautas de terror, llenaban
el aire, como si llevasen ellos
sus máscaras horribles.  Y cantaban,
cantaban largamente, pues cantaban
con la intención de despertar los muertos.

¡"Ahohó" ! -cantaban ellos-- "el mundo

es ancho y los encadenados, cojos;

y una o dos veces arrojar los dados
es correcto jugar de caballeros;
¡mas nunca gana el que en pecado juega
en la Casa fatal de la Vergüenza!"


No eran cuerpos aéreos los bufones
que al danzar se hacían 'mal con alegría;
para estos pobres hombres cuyas vidas
estaban con grilletes amarradas
y cuyos pies no andaban libremente
porque estaban también encadenados,
¡ay, llagas de Cristo, tenían vida,
y eran los más terribles de mirarlos!

Al rededor, al rededor, danzaban;
algunos deslizábanse en parejas
burlonas, y con pasos zalameros
de cortesana impúdica, subían
de lado las escalas y ensayaban
sus sarcasmos sutiles servilmente,
y al mirar de soslayo, cada uno
ayudaba a rezar nuestras plegarias.

El viento matinal ya principiaba
su gemir, mas la noche persistía;
en su telar gigante las urdimbres
de las tinieblas deslizáronse hasta
que cada hebra quedó ya bien tejida;
y en tanto que rezábamos, crecía
nuestro miedo hacia el Sol de la Justicia!

El viento gemidor de la mañana
vagaba en torno a los llorosos muros
de la vieja prisión; y así, cual gira
una rueda de acero, los minutos
se deslizaban con angustia y pena;
¡Oh viento gemidor: ¿qué habíamos hecho
para tener así, tal centinela?


Por fin vimos las s0mbras de las barras
-como una celosía de plomo crudo-
directas y a través, movilizarse
frente al muro encalado de un rincón;
y miraba mi cama de tres tablas,
y supe yo que en un lugar del mundo
era roja la horrible alba de Dios.

A las seis de la mañana aseábamos
nosotros nuestras celdas, y a las siete
ya todo estaba quieto; mas el silbo
y el aletear de un ala poderosa
parecía llenar toda la cárcel,
que el Señor de la Muerte ya había entrado
a matar con su aliento congelado.

Mas él no entró con púrpura ni pompa,
ni montado en corcel blanco de luna;
¡Tres yardas solamente de una cuerda,
y alguna tabla escurridiza, es todo
lo que la fúnebre horca necesita!
Así, con una cuerda de vergüenza,
vino el Heraldo a hacer su obra secreta.


Éramos como hombres que en un fango
de sucia oscuridad, fuesen a tientas;
no osábamos decir una plegaria
ni darle libertad a nuestras ansias,
porque algo había muerto en cada uno
de nosotros mismos, y ese algo era
que había muerto en nosotros la Esperanza!


Pues la feroz justicia de los hombres
prosigue su camino sin desviarse
hacia los lados; ella mata al débil,
mata al fuerte también, y tiene un golpe
mortífero y terrible: ella asesina
-¡monstruosa parricida- !, alevemente,
con su talón de hierro a los más fuertes.

El toque de las ocho lo esperábamos
-espesa por la sed la lengua ardiente-
pues las ocho es el toque del Destino
que hace al ,hombre execrable, y el Destino
un nudo corredizo con su lazo
para todos pondrá en uso: lo mismo
para el hombre de bien que para el malo.

Otra cosa que hacer ya no teníamos
-al menos esperar la señal próxima-;
cual piedras en una valle solitario,
inmóviles y mudos nos sentábamos;
no obstante, el corazón nos palpitaba
fuerte y de prisa, cual si fuese
que en un tambor de cuero redoblara.


De repente, el reloj de las prisiones
sonó hiriendo los aires temblorosos;
de desesperación y de impotencia
un grito se escapó de los galeotes,
como el grito que oían los pantanos
salir desde el cubil de los leprosos.


Y así como miramos cosas tristes
al través del cristal puro de un sueño,
así vimos de un garfio que colgaba
de la viga mugrienta, la embreada
y grasosa cuerda. Después oímos
la plegaria que el lazo del verdugo
estranguló impasible en un gemido.

Y todo aquel horror que lo movía
para exhalar tan cruel y amargo grito,
y los salvajes arrepentimientos
y los sudores fríos y sangrientos,
nadie los conoció con la experiencia
con que yo en la prisión los conocí;
pues el que vive más de una existencia
también más de una muerte ha de morir.


IV
No hay oración en la capilla el día
que cuelgan a un proscrito de la horca;
el corazón del capellán se encuentra
enfermo en demasía, y su rostro
se halla ese día demacrado y pálido,
o es que está escrito en sus pupilas algo
que nadie puede contemplar acaso.


Por eso, nos guardaron encerrados
noche y tarde, y entonces, al sonido
de un esquilón, los guardias con sus llaves
tintineantes, cada aposento abrieron;
fuimos bajando por la escala férrea
y cada cual desde su propio Infierno.

Afuera, al dulce aire de Dios, nosotros
fuimos saliendo, pero no del mismo
modo que siempre acostumbrábamos,
pues la cara de este hombre estaba blanca
de miedo, y gris el rostro aquel tenía,
pero jamás yo vi seres tan tristes
mirar con tánto afán la luz del día.

Jamás a un ser vi yo tan apenado,
mirar con tánto afán aquella tienda
diminuta y azul que los penados
dentro de la prisión llamamos cielo,
y cada alegre nube que ensayaba
con tan extraña libertad su vuelo.


Pero algunos había entre nosotros
que marchaban bajando la cabeza,
sabiendo que si cada uno hubiese
tenido que pagar su propia cuenta,
digno se haría de morir por eso;
¡él tan sólo mató una cosa viva
y ellos mataron a su vez a un muerto!


Pues el que peca por la vez segunda
resucita al dolor un alma muerta;
de su propio sudario maculado
la arranca, haciéndola sangrar de nuevo,
y la hace sangrar gotas inmensas
de sangre, y la hace desangrar en vano!

Como un mono o un clown que están vestidos
con monstruosos disfraces dibujados
de saetas torcidas y estrelladas,
fuimos nosotros silenciosamente,
al redor y al redor del patio liso;
al redor y al redor, fuimos callados,
mas ningún hombre una palabra dijo.

Al redor y al redor, callados fuimos,
y en el hueco cerebro de cada uno
el recuerdo de cosas espantosas
como un viento mortal se despeñaba,
y el Horror nos rondaba por delante
y el Terror, por detrás, nos acechaba.

* * *

Los guardias, pavoneándose orgullosos
de arriba a abajo, en uniformes nuevos,
gala de los domingos, vigilaban
el rebaño de brutos de la cárcel,
mas nosotros sabíamos el trabajo
que estuvieron haciendo los guardianes
por la cal que blanqueaba en sus zapatos.


Pues allí donde una tumba abrieron
no se encontraba ya ningún sepulcro;
sólo una zanja había de arena y lodo
de aquella cárcel junto al muro odiado,
y un pequeño montón de cal ardiente
para que le sirviera de sudario.

Pues un sudario bueno tiene el pobre
como pocos pudieran reclamarlo;
profundo, muy profundo, bajo un patio
de pávida prisión, en duro suelo,
desnudo allí para mayor vergüenza,
yace con ambos pies encadenados
y envuelto en una sábana de fuego.

Y día tras otro día, la cal ardiente
va devorando allí carnes y huesos;
-roerá el frágil hueso por las noches
y las carnes tan blandas en el día-;
y comerá por turno carne y hueso,
pero su corazón atormentado
será constantemente devorado.

* * *

Durante un plazo de tres largos años
no sembrarán allí nada que brote;
durante un plazo de tres largos años
y el lugar será estéril y execrable,
y ese yermo rincón mirará al cielo
con ansia y con fijeza irreprochable.


Piensan que el corazón de un asesino
corrompería la más simple semilla
que ellos sembrasen. Mas verdad no es eso,
pues la tierra de Dios es más amable
de lo que creen los hombres sin entrañas:
¡La rosa roja brotará más roja,
la rosa blanca brotará más blanca!

¡Poned sobre sus labios una rosa
roja absolutamente, roja y roja!
¡Sobre su corazón una muy blanca!
Pues quién puede decir las vías extrañas
por las cuales indica Jesucristo
su voluntad divina y soberana
desde que en el bordón de un peregrino
una flor retoñó frente al Gran Papa?

Las rosas color leche o color vino
no florecen en aires de una cárcel.
el casco, el pedernal y los guijarros
Son todo lo que allí se nos ofrece,
pues las flores se sabe que apaciguan
la desesperación del que padece.

La rosa color vino o color blanco
no caerá jamás pétalo a pétalo
en la zanja de arena y de pantano
que está a los pies del muro de la cárcel,
a decir a los hombre encerrados
entre las celdas del presidio odioso,
que el Hijo del Señor murió por todos.
* * *


Aunque el odioso muro de la cárcel
al rededor y al rededor lo cerque,
y un espíritu atado con grilletes
en la noche no puede caminar,
y un espíritu que ahí yace no puede
en tan profundo sitio sollozar,

en paz se encuentra este hombre miserable;
-¡si en paz no está, no tardará en estarlo!-
no hay nada ya que pueda enloquecerlo
ni anda el Terror con él hasta la tarde,
pues ya no hay luz de Sol ni luz de Luna
en la tierra sin luces donde él yace.

Lo ahorcaron lo mismo que a una bestia
y ni siquiera un "requiem" le dijeron
que le hubiera podido dar descanso
a su ánima espantada y temblorosa;
apresuradamente lo cogieron
con el fin de enterrarlo en una fosa.

Despojaron el cuerpo de sus ropas,
y después, a las moscas lo entregaron;
y de su hinchado y purpurino cuello
y de sus ojos fijos, se burlaron,
y hacinaron con duras carcajadas
tierra en la fosa hasta cubrir el hueco
donde el pobre convicto descansaba.


No se arrodillará a rezar plegarias
en su tumba infamada, el capellán,
ni clavarán en ella la sagrada
cruz que a los pecadores Cristo da,
pues era ese infeliz uno de aquellos
a quienes el Señor vino a salvar.

Pero todo esto está muy bien. Apenas
él cruzó la corriente de la vida;
y llenarán por él la urna sagrada
de la Piedad, las lágrimas ajenas
que caigan en su tumba penitente,
pues sólo a él lo llorarán los presos.
Y los encarcelados lloran siempre.

V
Yo no sé si las leyes serán rectas,
yo no sé si serán equivocadas;
todo lo que yo sé, es que para quienes
yacen entre presidios inhumanos,
el muro es fuerte, y cada día, es como
un año cuyos días fuesen muy largos.

Pero lo que sí se yo es que toda Ley
que los hombres han hecho para el hombre
desde que el primer hombre de la tierra
arrebató la vida de su hermano
y tuvo su principio el triste mundo,
desecha el trigo, lo convierte en paja,
o lo cierne en el peor de los cedazos.


Y demasiado sé también yo esto:
-¡ay, ojalá que lo supiesen todos!-
que cada cárcel que construye el hombre
hecha está con ladrillos de vergüenza
y cegada por duros enrejados,
para que el mismo Cristo ver no pueda
cómo el hombre mutila a sus hermanos.

Con barras manchan la graciosa luna
y ciegan del buen sol los resplandores,
y su Infierno hacen bien en ocultar,
puesto que en la prisión cosas son hechas
que ni el Hijo de Dios ni el de los Hombres
no las debieran contemplar jamás.

* * *

Las acciones más viles, cual malezas
en la prisión envenenadas crecen;
pues en la cárcel se marchita y gasta
todo lo que en los hombres hay de bueno.
Y la Pálida Angustia es centinela
y guardián es también el Desespero.

Y aun al pequeño y temeroso niño
ellos lo matan con torturas de hambre
hasta que el niño llore noche y día;
y castigan al débil y al idiota
y algunos presidiarios se enloquecen
y se mofan del viejo encanecido,
y al fin todos los hombres se pervierten,
y un vocablo decir no es permitido.


Y cada estrecha celda que moramos,
es asquerosa y lóbrega letrina,
y ahoga la enrejada claraboya
el vaho hediondo de la Muerte Viva;
todo, con excepción de la Lujuria,
en polvo se convierte sin piedad
en la máquina de la Humanidad.

Y las aguas salobres que bebemos
arrastran un pantano repugnante,
y el pan amargo que en balanza pesan
está lleno de tiza y de cal blanca,
y el Sueño, sin bajar hasta nosotros,
al Tiempo grita, y con furor camina
mostrando siempre sus salvajes ojos.

Mas aunque el Hambre flaca y la Sed verde
luchen cual riña de serpiente y áspid,
ya poco nos importan las raciones,
pues lo que hiela y mata de continuo
con toda libertad, es que la piedra
que cada cual en su labor levanta
en el curso del día, se convierte,
¡ay! en el corazón de cada uno
durante nuestras noches de infortunio.

Siempre en el corazón es media noche
y crepúsculo triste en nuestras celdas;
volteábamos nosotros el manubrio
o también deshilábamos las cuerdas
y cada cual entre su propio Infierno!
¡Siempre en el corazón es media noche!
pero el Silencio es mucho más terrible
que el repicar de un esquilón de bronce!

Jamás humana voz se nos acerca
una gentil palabra a balbucirnos;
el ojo que en la puerta está mirando
nunca tiene piedad y es siempre duro;
nos podrimos, de todos olvidados,
con el alma y el cuerpo maniatados.

Y nosotros así, enmohecemos
la cadena de hierro de la vida
solos y depravados; hombres hay
que lanzan maldiciones y hay algunos
que lloran y otros hay que no se quejan,
pues las leyes de Dios son muy amables
y rompen siempre el corazón de piedra.

* * *

El corazón humano que se rompe
en celda de prisiones o en el patio,
es como el recipiente quebrantado
que lleva su tesoro a Jesucristo,
y unge la sucia casa del leproso
con su nardo más fino y delicado.


¡Ah ! Bienaventurados sean aquellos
cuyos sensibles corazones pueden
quebrantarse y ganar paz y perdones;
¿pues de qué otra manera podría el hombre
seguir sus rectos planes y limpiarse
el alma de pecado y padecer?
¿Si no de esta manera, de qué modo
puede Cristo Señor entrar en él ?

* * *

Y aquel hombre de cuello amoratado
y los ojos abiertos siempre fijos,
espera para sí las santas manos
que guiaron al ladrón al paraíso,
pues un quebrado corazón contrito
no lo despreciará el Crucificado.

Aquel que lee la Ley, vestido en rojo,
tres semanas no más le dio de vida;
¡tres semanas no más para sanarse
el alma de la lucha de su alma,
y limpiarse la sangre arrepentido
de esa su mano que empuñó el cuchillo!

Y limpió con sus lágrimas de sangre
aquella mano que empuñó el acero,
pues las manchas de sangre, únicamente
se borran estregándolas con sangre,
y sólo el llanto nos concede alivio:
la mancha roja de Caín, tornóse
en el sello más cándido de Cristo.


VI
En la Cárcel de Reading, junto al pueblo
de Reading, hay un hoyo de vergüenza
en donde yace un hombre miserable
comido por los dientes de las llamas
y envuelto en una sábana de fuego.
Sin nombre está su tumba abandonada.

Hasta que Cristo llame un día a los muertos
en su silencio yacerá él allí;
no necesita ya lágrimas vanas,
ni un montón de suspiros quiere ahí:
¡ese hombre asesinó lo que adoraba
y por eso tenía que morir!

¡Todos los hombres matan lo que aman!
-y que sea por todos esto oído-:
algunos lo hacen con mirada amarga,
algunos con palabras de dulzura;
el cobarde asesina con un beso
y el hombre de valor con una espada!

Fin

miércoles, 26 de octubre de 2011

Carta a lxs Diputadxs Mendocinxs en el Congreso Nacional

Cuando las mujeres hablamos de aborto, decimos “nosotras”, porque se trata de una práctica que está presente a lo largo de nuestras vidas: en nuestras familias, entre nuestras amigas, en nuestros propios cuerpos, como acto o como posibilidad. Nosotras abortamos, pero no contamos con el derecho legal de hacerlo. O podemos decir también que, aunque no se nos reconozca el derecho de hacerlo, abortamos igual, de cualquier manera. 
Abortamos con las condiciones de higiene y seguridad que podemos pagarnos, en una clínica privada, o privadas, justamente, de las que no podemos pagarnos, y lo hacemos con la “partera” del barrio o en la propia casa, con enormes riesgos para nuestra salud, y el terror de tener que necesitar después ayuda que nos exponga a la denuncia por parte del personal médico de un hospital. Esta diferencia en la seguridad que depende de la situación económica de la solicitante, contribuye al mercado negro del aborto clandestino, un mercado de 1000 millones de pesos cada año[1], que constituye además una clara injusticia social basada en las posibilidades económicas. Abortamos angustiadas por esta clandestinidad, a la que se nos obliga, incluso cuando nuestro caso se corresponde con alguna de las excepciones que contempla el Código Penal. Un ejemplo de esto es lo ocurrido con Ana María Acevedo, caso testigo en la región en el reclamo ante la CIDH[2]. Acevedo era una joven mujer santafecina, pobre y madre de tres niños, que cursaba un embarazo muy reciente cuando le diagnosticaron cáncer de mandíbula. Ante el pedido de aborto terapéutico, el Comité de Bioética del Hospital Iturraspe prefirió sostener el embarazo y, en cambio, suspenderle el tratamiento oncológico. La historia de Ana María termina con un embarazo malogrado a las 24 semanas, el dolor insoportable del cáncer, el coma farmacológico seguido de muerte y sus tres hijos huérfanos de madre[3]. Recordamos también el caso reciente de la adolescente misionera, embarazada fruto de la violación por parte de un tío, que reclamó un aborto; su madre fue mal informada acerca de falsos riesgos por el personal médico, que le impidió esta práctica, y hoy la niña cursa su embarazo en el total abandono por parte de todos los sectores, públicos y de la sociedad civil, que batallaron contra su derecho[4]. Historias similares se cuentan por docenas en todo el país, involucrando a niñas y mujeres con discapacidad mental, cuyas madres tuvieron que elegir entre hacerlas abortar en la clandestinidad, o resignarse a criar, además de una hija que no puede valerse por sí misma, al niño o la niña que esta tendría. Abortamos también empujadas a ello por el mismo sistema de salud que nos niega el acceso a los métodos anticonceptivos en muchas provincias. Es lo ocurrido con Mónica, una mujer entrerriana, de 26 años, pobre y padeciente del síndrome de Fallot, una patología cardíaca crónica: no le colocaron un dispositivo intrauterino (DIU) cuando lo solicitó, luego le negaron el aborto terapéutico en dos hospitales públicos, y ahora permanece internada, en reposo absoluto y lejos de su esposo y su hijo adolescente[5]. Abortamos exponiéndonos al reproche de sectores de la sociedad que insisten en la consigna de que el aborto es un asesinato, que llaman “bebé” al embrión, que nombran como “madre” a la mujer embarazada aunque no quiera serlo, argumentando un sufrimiento en el aborto que no es posible biológicamente por falta de desarrollo nervioso del embrión, y defienden los supuestos derechos del que denominan “niño por nacer”, creando con sus falacias una persona donde no la hay, e ignorando los derechos de la persona que sí existe, la mujer, a la que se reduce al rol de incubadora. Abortamos a pesar de las advertencias de estos mismos sectores que nos hablan de un supuesto daño psicológico irreversible, porque sabemos que, más allá de la persecución moralizadora y culpabilizadora de estos sectores, el único daño irreversible que nos amenaza es el físico, como la esterilidad o la muerte, consecuencia de la misma clandestinidad de la práctica, y no una angustia con la que intentan desmentir la capacidad que tenemos las mujeres de decidir sobre nuestros propios cuerpos. Abortamos aunque nos traten de asesinas e irresponsables, ignorando la relevancia que la contemplación de los derechos de las mujeres tiene en la agenda de los derechos humanos, y la alta incidencia que tiene en la Argentina la falla del método anticonceptivo en los embarazos, la violencia de género o la desinformación: el 40% de los embarazos en el país no fue buscado, un porcentaje que alcanza el 70% en adolescentes[6].

Abortamos en gran número, y por eso el derecho a hacerlo es un asunto relevante de salud pública. Recientemente, en la jornada “El aborto, un problema de salud pública”, el doctor Mario Sebastiani, del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano y presidente del Comité de Bioética de ese hospital, explicaba que en la Argentina se registra casi un aborto por cada embarazo llevado a término, es decir, más de 500.000 al año[7]. La clandestinidad de esta práctica genera al año más de 50.000 internaciones por aborto mal realizado[8] y más de 200 muertes de mujeres en edad fértil. Estos son los números que obligan a dejar de pensar en el aborto como una cuestión moral para entenderlo como un aspecto principal de la salud pública. Explica el doctor Sebastiani: “Hay algunos lugares donde esto está relegado a la clandestinidad, a la inseguridad, a la enfermedad y a la muerte; y en otros donde es un triunfo de la salud pública. Lo que significa que aún siendo terriblemente dificultoso el problema del aborto desde el punto de vista moral, religioso, humanitario, la salud pública les dice a las mujeres que no las va a desproteger ni les dará la espalda. La salud pública les ofrecerá a esas mujeres un procedimiento absolutamente seguro que interrumpa la gestación, luego las asesorará a los efectos de que no vuelvan a tener una repitencia y de que no vuelva a tener un embarazo no deseado. Esta escenografía se contrapone a la clandestinidad que resuelve el problema cuanto antes y de las peores maneras”[9]. La mención a la prevención de la repitencia hace foco en otro de los cuestionamientos frecuentes a la legalización del aborto: la posibilidad de que aumente la práctica. Es un argumento que suele utilizarse contra la ampliación de derechos: se dijo que las parejas se separarían más si se legalizaba el divorcio, o que se produciría una crisis social y familiar con la sanción del matrimonio igualitario. En el caso del aborto, no solamente se evitarían el daño físico y la muerte de las mujeres en edad fértil, sino que además, al quedar la práctica dentro del sistema de salud, se la podría asesorar con información médica veraz, y proveer con métodos anticonceptivos, para que pueda evitar la realización de una nueva interrupción de un embarazo no deseado. Contar con una ley de interrupción voluntaria del embarazo no obligará a nadie a abortar, pero, si asegurará la salud de las mujeres que aún a riesgo de enfermarse, morir o ir presas interrumpen sus embarazos porque no es su momento, o porque no lo pueden sostener económicamente o porque han sido violadas.

En los últimos años, los derechos humanos se han convertido en parte central de la agenda pública argentina. Así como reconocemos este avance, corresponde recordar que desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), especialmente a través de la Relatoría del Consejo de Derechos Humanos (CDH), se sostiene que la salud sexual y reproductiva de las mujeres debe dejar de ser un asunto de moral pública para ser reconocida como un asunto central de los derechos humanos. El Relator Especial del CDH, Anand Grover, en el párrafo 21 del informe “El derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, sostiene: “Las leyes penales que castigan y restringen el aborto inducido son el ejemplo paradigmático de las barreras inaceptables que impiden a las mujeres ejercer su derecho a la salud y, por consiguiente, deben eliminarse. Estas leyes atentan contra la dignidad y autonomía de la mujer al restringir gravemente su libertad para adoptar decisiones que afecten a su salud sexual y reproductiva. Asimismo, generan invariablemente efectos nocivos para la salud física, al ser causa de muertes evitables, morbilidad y mala salud, y para la salud mental, entre otras cosas porque las mujeres afectadas se arriesgan a caer en el sistema de justicia penal. La promulgación o el mantenimiento de leyes que penalicen el aborto puede constituir una violación de la obligación de los Estados de respetar, proteger y hacer efectivo el derecho a la salud”[10].

Es por todo lo expuesto que consideramos que nuestros legisladores y legisladoras tienen la obligación política de avalar, en este debate, el proyecto que reconoce el derecho absoluto a la interrupción voluntaria del embarazo, como práctica regular dentro del sistema de salud en todos los sectores. Las mujeres en la Argentina necesitamos, tenemos derecho y lo reclamamos, a la educación sexual integral para decidir, al libre acceso a los métodos anticonceptivos para no abortar, y la interrupción voluntaria del embarazo con garantía, legal, seguro y gratuito para no morir.


Firmamos: Mendocinxs por la Igualdad – Libres por la Diversidades – Juana Azurduy – Coordinación de Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNCuyo - Movimiento Universitario SUR – Libres del Sur Mendoza en el Frente Amplio Progresista

Fuentes:

[1] “Algo habrán hecho”, en Aborto con Pastillas, 31-08-2010. http://abortoconpastillas.info/2010/08/31/algo-habran-hecho/

[2]
“ONGs de Argentina Denunciaron ante la CIDH las consecuencias de la criminalización del aborto”, en Protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de delitos o violencia familiar, 29-03-2011. http://www.proteccioninfancia.org.ar/node/464
[3]
“Condenada en nombre de la medicina”, en Página/12, 29-03-2011. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/165132-52784-2011-03-29.html
[4]
“Denunciaron el abandono en que se encuentra la niña violada a la que se le negó el aborto no punible”, en RedMisiones.TV, 13-10-2011. http://www.redmisiones.tv/ampliar.php?id=1011
[5]
“Una vida en riesgo por negar un aborto”, nota de Mariana Carbajal en Página/12, 13-10-2011. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-178801-2011-10-13.html
[6]
“Madres argentinas: tienen en promedio de 2 a 3 hijos”, en Diario El Ciudadano y la Gente, 16-00-2011.
http://www.elciudadanoweb.com/?p=260010

[7]
“En Argentina tenemos casi un aborto por cada recién nacido”, en Diario La Mañana de Neuquén, 22-10-2011. http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2011/10/22/en-argentina-tenemos-casi-un-aborto-por-cada-recien-nacido_124963#
[8]
“Reclaman políticas para evitar muertes durante el embarazo y el parto”, en DocSalud.com, 28-03-2011. http://www.docsalud.com/articulo/2232/reclaman-pol%C3%ADticas-para-evitar-muertes-durante-el-embarazo-y-el-parto
[9]
“En Argentina tenemos casi un aborto por cada recién nacido”, en Diario La Mañana de Neuquén, 22-10-2011. http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2011/10/22/en-argentina-tenemos-casi-un-aborto-por-cada-recien-nacido_124963#
[10]
“El derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, Asamblea General de las Naciones Unidas, 03-08-2011. http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/66/254&referer=/english/&Lang=S

viernes, 21 de octubre de 2011

Soy lo que Soy

El 22 de octubre se conmemora el día de la Identidad. Esto hace referencia a las personas arrancadas de sus familias por siniestros apropiadores en los sórdidos años de la dictadura militar.

Aunque no se tienen cifras exactas, serían muchxs lxs hijxs que esperan ser reencontradxs por sus familias biológicas, muchas madres que esperan hallarlxs, muchas abuelas que esperan tener otra vez cerca el recuerdo vivo de sus hijxs.

Sin dudas el caso más emblemático es el de los Noble. Y es el más emblemático no porque sea un ejemplo. Precisamente es un caso que está plagado de agujeros en cuanto a esa supuesta legalidad. El hijo y la hija apropiadxs por la dueña de Clarín han sido, en primer término, hijxs de desaparecidxs. Esto quiere decir que hubo un padre y una madre que murieron para que la Sra. Ernestina pudiera realizarse como madre. Esto nos hace sospechar que existió por ese tiempo una estrecha relación entre esta familia y los represores de turno, relación que suponemos facilitó esa apropiación, entre otros negocios que mantuvieron con el gobierno de facto.

En ese sentido, la adopción también estaría plagada de vicios. Uno de los más sobresalientes es la autorización de la adopción póstuma de esxs niñxs. El Sr. Noble ya estaba muerto cuándo Ernestina adopta a Marcela y Felipe.

Es claro cómo el poder puede comprar todo, hasta una adopción post mórtem. Es claro cómo algunas gentes no sienten el deber de rendir cuentas por que sus imperios lxs ubican en un lugar donde no existe la posibilidad de dar explicaciones a la justicia.

Pero esta fecha no solamente reivindica el derecho inalienable a la identidad desde la perspectiva de derechos humanos. También nos evoca a un tema más actual pero no más nuevo: La Identidad de Género.

En este sentido, la identidad de género es ser quién se es y no otro. Hoy la legislación argentina impone un modelo de identidad binario, una dicotomía entre el Ser Masculino y Ser Femenina y relaciones de desigualdad entre varón y mujer; heterosexual y no-heterosexual, y entre la identidad Masculina y la Femenina. Hay países como Australia que ya incorporaron la identidad trans a su documentación, tal así que si una persona solicita su pasaporte, en la grilla que refiere al género tendremos M (male), F (female) y T (Transgender). Esto se traduce en un enorme avance en materia de Identidad. Reconocer el Ser Trans sin necesidad de patologías que la justifiquen es hacer efecivo y garantizar el derecho a Ser, es decir, el derecho a la Identidad.

Argentina sigue pretendiendo ajustar los cuerpos a lo masculino o femenino sin tener en cuenta otras formas de sentir el Ser. Es claro que existirían tantas identidades como personas y esa diversidad nos hace ricos.

Es necesario esforzarnos por empatizar y aceptar todo aquello que no es heterosexual y binario, porque no poner en valor las identidades de género y sexuales diferentes a la heteronormativa es alimentar el círculo vicioso de la exclusión y la segregación. Hoy, las personas trans son negadas y violentadas en extremo. Su historia es, en resumidas cuentas, la historia de la marginalidad.

Crecen sintiéndose diferentes al resto, diferentes en su concepción acerca de su cuerpo, diferentes respecto del cuerpo de lxs demás, luchando contra eso que son y que por las presiones sociales, confesionales y familiares no pueden ser. Mas tarde, cuándo deciden ser quienes son por que ya es insostenible el llevar esa doble vida en la que para algunxs es unx y para otrxs, otrx, sufren el primer golpe de violencia y exclusión en el seno familiar. Son expulsadxs de sus hogares por ser diferentes y no ajustarse a la norma. Norma inventada por las religiones en su afán de apoderarse sobre nuestros cuerpos y nuestras voluntades.

Expulsadxs finalmente del seno familiar, automáticamente quedan fuera del sistema de educación. La edad promedio en que una persona trans decide tomar las riendas de su identidad es alrededor de los quince años. En la escuela no lxs aceptan porque no se ajustan a Ser varón o Mujer según sus genitales. Para la escuela es una enfermedad que una persona transgreda su género. Entonces la persona con identidad trans es obligada a abandonar la escuela. Sin escuela y sin familia, son arrojadxs a su suerte y la única alternativa posible es el trabajo sexual. Pareciera ser que el comienzo de la vida sexual de lxs trans coincide con el inicio en esta actividad.

Excluidxs de la casa, de la escuela y obligadxs a ganarse la vida con el sexo, comienzan una larga peregrinación por los sistemas de salud, donde también son humilladxs. Una de las formas de maltrato más frecuentes es la que ejercen enfermerxs cuando deciden arbitrariamente llamarlxs por su nombre de nacimiento y no con el nombre que lxs identifica. Así, si la sujeta es trans HaM (de Hombre a Mujer) y su nombre de nacimiento es Juan López, pero el nombre que la identifica es Perla, lxs efectores de salud deben tener la sensibilidad de llamarla Perla, porque esa es la identidad que construyó y merece todo nuestro respeto. Decididamente esa mujer trans nunca fue Pedro. Estas situaciones son las que producen la deserción de la comunidad trans de los servicios de salud públicos. En consecuencia, la expectativa de vida de estos seres humanos apenas alcanza los 35 años de edad. La falta de educación formal, la exclusión del sistema de salud y el trabajo sexual lxs hace altamente vulnerables a infecciones transmisibles sexualmente, al VIH/Sida y al acoso, persecución y abuso de la policía.

Legalmente también se lxs violenta constantemente. Existe en Mendoza un Código de Falta que criminaliza a la homosexualidad, a las personas con identidades diferentes y al trabajo sexual autónomo. Estos artículos que van desde el 54 al 56 persiguen a lxs trabajadorxs sexuales, homosexuales y trans. Las personas tran son criminalizadas por partida doble: por Trans y por Trabajadorxs Sexuales.

Sin lugar a dudas hay una necesidad de trabajar con legisladorxs y sociedad civil para derogar o impugnar este código que data del año 1965, concebido, gestado y parido en época de dictadura. En ese sentido no es un cuerpo legal legítimo, no nos pertenece como sociedad democrática, como nada que se haya cocinado en épocas de procesos militares. Si el poder fue usurpado ilegítimamente, nada de lo que emane de eso debería ser observado.

Pero el gran logro que necesitamos para seguir construyendo ciudadanía es la sanción de la Ley de Identidad de Género, que reconozca a nuestrxs compañerxs trans por ser quiénes son y no otrxs; y la ley de Atención Sanitaria Integral, para que esa nueva identidad esté acompañada por los tratamientos pertinentes (hormonales, plásticos, reasignación de sexo) garantizados por el Estado Nacional.

No se puede permitir que funcionarios públicos sigan replicando que la necesidad de tratamientos que las personas trans requieren son un mero capricho. No podemos hacer oídos sordos al criterio de salud aplicado y reconocido por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en el que establece que salud es el completo estado de bienestar físico, psíquico y social, y no solo la ausencia de enfermedad. En este sentido es claro que muchas de las personas trans para poder llegar a ese estado de completo bienestar necesitan tratamientos hormonales y/o cirugías. En el caso de la declaración de “Disforia de Género”, que es la manera que tiene el DSM IV de encuadrar la transgeneridad en los trastornos mentales, también es necesario acceder a tratamientos y cirugías.

Finalmente, tenemos que reconocer que para convertirnos en una sociedad cada vez más igualitaria y equitativa, debemos luchar para encontrar a lxs hijxs apropiadxs y legislar sobre la identidad de género para hacer efectivos todos los derechos que nos corresponden por el simple hecho de ser personas. 

miércoles, 19 de octubre de 2011

Amor Crudo - Corto Argentino


Sinopsis: Un retrato de los años de pubertad, de desbordado libido y confusos sentimientos. Dos amigos que se la pasan todo el tiempo juntos, jugando, bromeando y explorando su sexualidad. Pero son los últimos días de colegio y aunque ellos no quieran, algo se está terminando. Magnifico corto argentino.

Título: Amor Crudo - Argentina - 2008

Dirección: Martín Deus

Producción: Martín Deus

Guión: Martín Deus

Música: Nicolás Di Paolo

Sonido: Ezequiel Brodsky

Fotografía: Sebastián Gallo

Montaje: Alberto Ponce

Vestuario: Romina Quiroga

Elenco: Felipe Villanueva
             Valentino Arocena
             Katja Alemann
             Nicolás Videla
             Juan Pablo Cámara
             Natan Skigin
             Hugo Rodriguez
             Liliana Ponce

sábado, 15 de octubre de 2011

Asignación Universal según Miguel Del Sel: el MIDACHI-Pro-Derechista


Si hay dos medidas de gobierno nacional que han sido ejemplo para muchos países latinoamericanos y no latinoamericanos, son Asignación Universal por Hijo (AUH) y Asignación Universal por Embarazo (AUE).

Creo que es muy importante entender el espíritu de estas medidas. No son medidas clientelistas por que las reciben todxs aquellxs que cumplen con los requisitos. No podemos decir que el gobierno te da la asignación a cambio de un voto. Tampoco son subsidios. Los subsidios son cantidades de dinero que recibe una persona o entidad, de manera excepcional, como ayuda para satisfacer una necesidad determinada. Esto es una asignación, es decir, es la cantidad de dinero que se da a una persona o institución de manera periódica.

La palabra subsidio tiene en argentina una connotación negativa. Se la asocia con la limosna, con el clientelismo, con la beneficencia. En ese sentido, la asignación es un derecho que les corresponde a las personas para dignificarlas.

Asignaciones Universales por hijo y embarazo entrañan el reparo del Estado a la vulneración de derechos que debió garantizar siempre, tales como el derecho a la salud y a la educación.

En este sentido, existe una contraprestación, por ponerle un nombre, de parte de lxs beneficiarixs de estas asignaciones: lxs niñxs debe ir a la escuela y deben llevar controles médicos periódicos. De esta manera se lxs incluye dentro del sistema educativo y de salud.

Digo esto por que recientemente leí una nota en un medio mendocino donde el midachi Miguel Del Sel dice que gracias a la asignación universal por embarazo las adolescentes de entre 12 y 13 años se “embarazanpara recibir una platita”.

Yo quisiera saber si el Sr. Del Sel mantiene un/a hijx con doscientos setenta pesos. En ese sentido es ilógico pensar que las mujeres pobres decidan ser una “fábrica de niñxs” para poder cobrar “esa platita”.

La asignación no es más que una ayuda. Si tuviéramos en debate una asignación de dos mil pesos, entonces se podrían considerar los dichos de midachi pro – derechista. Pero considerando el poco dinero que representa la asignación no podemos oír siquiera las burradas de este personaje.

Sr. Midachi, no es que las niñas se embaracen para recibir una platita, el tema es que cada vez más chicas embarazadas asisten a los controles, por que de no hacerlo, no cobrarían nada. No se triplicaron los embarazos adolescentes, se triplicaron las visitas al/a obstetra. No sea ignorante Sr. Midachi-Pro-Derechista. Antes de tirar esos dardos, piense un poco en la cantidad de gente beneficiada no solamente de manera económica, sino también en cuestiones de derechos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El Parlamento argentino tratará la interrupción del embarazo el mes próximo

América Latina tiene algunas de las leyes más restrictivas del mundo respecto del aborto. Pero, por primera vez en la historia, una mujer tiene en sus manos la posibilidad de iniciar el cambio.

Apenas 15 años atrás, el Gobierno peronista de Argentina era uno de los principales aliados políticos del Vaticano en su cruzada contra el aborto. Ahora, con un nuevo Gobierno peronista, todo ha cambiado.

El Parlamento argentino comenzará a tratar el asunto el mes próximo. El proyecto de ley que ha logrado mayor consenso -lo firman 250 organizaciones de mujeres y 50 legisladores- es claro y sencillo: propone que toda mujer podrá interrumpir su embarazo, si lo desea, hasta la semana 12 de gestación y más adelante si corre riesgo su salud o su vida, si fue violada, o si el feto tiene malformaciones graves.

El proyecto más conservador -que no tiene el mismo consenso pero es impulsado por el presidente de la comisión que discutirá el tema- pretende solo agregar una coma en el artículo vigente del Código Penal que estipula que la interrupción del embarazo está permitida si este "proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente". Sin la coma, se interpreta que solo puede abortar una mujer idiota o demente que, además, haya sido violada. Con la coma, no se pedirá a esta última el prerrequisito de la idiotez. (La otra excepción aceptada es que la mujer corra un grave riesgo para su salud).

En principio, parece no existir razón para que no se apruebe el primer proyecto. La realidad ha sobrepasado hace tiempo la letra muerta de la vieja ley. Medio millón de mujeres, aproximadamente, aborta cada año en Argentina. Unas 3.000 han muerto por complicaciones desde 1983, cuando comenzó la democracia, y otras miles sufren secuelas.

Como en otros países de América Latina, en Argentina el aborto es una cuestión de clase: solo las mujeres sin recursos arriesgan vida y salud. Las excepciones actuales son hipócritas: todas estas mujeres corren riesgos y si la demente violada del Código Penal no puede costear una clínica privada, tiene que enfrentarse al temor de los médicos, que reclaman, para cubrirse, la venia previa de un juez, que siempre tarda demasiado en fallar.

La opinión pública tampoco es un obstáculo. Las encuestas revelan que entre un 43 y un 60% de la población está en contra de que la ley castigue a las mujeres que abortan. Un obispo admitió tácitamente que la mayoría desea el cambio: "Las leyes", protestó, "no pueden basarse solo en el consenso".

La Iglesia católica es, como en el resto del continente, la principal oposición. Pero la jerarquía eclesiástica argentina atraviesa el punto más bajo de su historia. El expresidente Néstor Kirchner le propinó la mayor derrota con la aprobación de la ley de matrimonio igualitario, que habilitó el casamiento entre personas del mismo sexo. Las amenazas de excomunión no sirvieron de nada: los impulsores de la ley obtuvieron éxitos arrolladores en las últimas elecciones.

En estos días, además, se debate en el Senado una ley de muerte digna, otra medida que la Iglesia rechaza. Que se discuta la eutanasia y no haya escándalo alguno es otra señal de que la sociedad argentina está más avanzada que la legislación en estos temas.

Pese a este panorama favorable, los legisladores que impulsan la nueva ley no parecen convencidos de lograr siquiera que se discuta en sesión plenaria del Parlamento.

¿Por qué?

Si uno les pregunta, responden como analistas: solo habrá ley cuando la presión social lo imponga; no hay un movimiento social fuerte que sirva como interlocutor; la comunidad gay argentina fue muy hábil y actuó en conjunto, pero las organizaciones de mujeres tienen 250 portavoces y casi tantos puntos de vista, etcétera, etcétera.

La verdadera razón es muy sencilla: los políticos tienen miedo. Necesitan fingir que una pistola les apunta a la cabeza para atreverse a un cambio.

La política argentina vive una dramática falta de liderazgos. El Congreso, en teoría dominado por las fuerzas de oposición, no ha logrado sancionar una sola ley significativa en lo que va del año. Los opositores saben que no tienen oportunidades de éxito en las elecciones presidenciales de octubre: marchan hacia una masacre. Los partidos están huérfanos y las organizaciones sociales lucen débiles. Solo hay una fuente de poder: el Gobierno.

Durante el tratamiento de la ley de matrimonio igualitario, el año pasado, fue el expresidente Kirchner quien esgrimió la pistola sobre la cabeza de los timoratos legisladores. Tras la victoria, Kirchner comentó a dirigentes de su partido que en su siguiente mandato, que esperaba conseguir este octubre, impulsaría la despenalización del aborto. Murió un año antes de ese triunfo. Toca a su viuda, la presidenta Cristina Kirchner, ganadora con el 50% de los votos en las primarias de agosto (se espera que iguale o supere este resultado en las presidenciales), cumplir esta promesa.

¿Lo hará?

Algunos elementos podrían indicarlo. La presidenta ha hecho saber que en su segundo y último mandato aspira a dejar un legado que supere las luchas facciosas de los últimos años. El lugar de la Argentina en la región y su propia proyección internacional le importan mucho. Cuando Argentina aprobó la ley de matrimonio igualitario, aceleró el debate en Colombia, México, Uruguay, Brasil, Chile, Perú y Paraguay. Lo mismo podría ocurrir con la ley de despenalización del aborto, que solo existe en Cuba y el DF mexicano.

Pero la presidenta no ha enviado aún señales definitivas. En su reciente biografía autorizada mantuvo la ambivalencia: "Yo no estoy de acuerdo con el aborto, pero no digo que tengo razón". Algunas feministas vieron allí un guiño. Su marido, antes de morir, decía que para ella el tema era conflictivo en términos personales: en su juventud había perdido, en forma traumática, un embarazo avanzado. Según el difunto expresidente, ella no alentaría una ley, pero tampoco se opondría.

Eso no es suficiente. En estos ocho años en el poder, más allá de las críticas, los Kirchner han saldado varias deudas pendientes de la democracia: el juicio a los crímenes de la dictadura, el aumento histórico en las jubilaciones, la ley de matrimonio igualitario, la designación de una Corte Suprema de Justicia independiente y, más reciente, la ampliación de la Asignación Universal por Hijo para que incluya a las embarazadas a partir del tercer mes de gestación (hasta ahora, el subsidio solo tocaba a familias con hijos ya nacidos).

Al anunciar esta última medida, Cristina Kirchner afirmó: "La evolución de la mortalidad materna, que tiene que ver siempre con la injusticia social, sigue siendo el gran separador y negador de derechos". El aborto es la primera causa de mortalidad materna en Argentina. Si la presidenta cree en lo que dice, impulsar la despenalización del aborto debe ser su próxima tarea.
 
"Graciela Mochkofsky es periodista y escritora argentina"
 
Fuentes: El País 

martes, 11 de octubre de 2011

12 de Octubre: Día de la Diversidad Cultural Americana

¡Qué bueno que hoy se celebra el Día de la Diversidad Cultural Americana! Hasta no hace mucho se "celebraba" el día de la raza. Yo mas bien diría el día del exterminio, la conquista y el sometimiento.

Actualmente se busca promover desde distintos organismos una reflexión permanente acerca de la historia y encaminar hacia el dialogo para una diversidad cultural, como también allí están en pie la promoción de los Derechos Humanos de nuestros pueblos originarios, como lo marca la Constitución Nacional en su articulado sobre la igualdad de las personas, dándole la garantía del respeto a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Una verdadera fecha para recordar, celebrar y trabajar para el bienestar de todas las culturas. Se trata de una fecha que habilita actualmente profundas reflexiones y debates, como también expresa las reivindicaciones de los pueblos originarios del continente americano.

Menos mal que recapacitamos y pudimos cambiar esto:

 por ésto:


sábado, 8 de octubre de 2011

UNA LAVADA DE CARA

La modelo Natalia Fassi en una campaña "provida"
Frente al debate en el Congreso nacional para que se trate la despenalización del aborto y después del fracaso de la estrategia desembozada que pusieron en juego los sectores fundamentalistas para oponerse a la reforma de la ley de matrimonio, estos mismos sectores han maquillado sus argumentos: ya no se habla de matar niños para referirse al aborto ni se ponen por delante cuestiones confesionales. En cambio, eligen cuestionar cifras o evaluar la intensidad de posibles traumas.

“A medida que la sociedad va reconociendo los efectos de los abortos inseguros y el derecho de las mujeres de tomar decisiones sobre su vida, los sectores más fundamentalistas –que no reconocen ni respetan la diversidad de posiciones morales y éticas– empiezan a intentar desarrollar argumentos nuevos porque los viejos ya no son suficientes para convencer o para vencer”, apunta la socióloga Silvina Ramos, investigadora del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) y miembro del Comité Asesor de Investigaciones de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La abogada Perla Prigoshin, coordinadora de la Comisión Nacional de Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), coincide: “Los grupos antiderechos están modernizando sus manifestaciones contra la despenalización del aborto para simular ser menos cavernícolas. Lo que hacen, en realidad, es correr el eje del debate. Por ejemplo, intentan aplicar un ‘traumatómetro’ que mida la diferencia entre proseguir un embarazo no deseado o interrumpirlo; ponen en cuestión las cifras referidas a la cantidad de abortos que se realizan por año en el país; debaten cuál es el instante de iniciación de la vida y si estamos ante un embrión, un feto o un niño; comparan el embarazo no deseado con el vientre subrogado y tantas otras chicanas. Con esto pretenden oscurecer la más cruel de las verdades: los abortos se siguen realizando en nuestro país y la penalización condena a correr el riesgo de morir sólo a las mujeres de las clases populares”.

Ramos analiza este nuevo debate como el final de una batalla (casi) ganada: “Son las últimas argumentaciones de una mirada que ya no sabe más qué hacer para combatir algo que avanza. Los fundamentalistas ya no pueden discutir con argumentos razonables e inventan cualquier cosa. Antes la posición sobre la legalización del aborto dependía de puntos de vista. Pero ahora directamente dicen mentiras, que son manotazos de ahogado ante una sociedad que está a favor de que la ley ampare a las mujeres”.

Los que siguen son algunos de esos nuevos argumentos que se escucharon en diversos programas de televisión que dieron cuenta del debate en torno de la despenalización del aborto dentro del Congreso, que se retomará en el mes de noviembre.

1. No es cierto que en la Argentina se producen 500.000 abortos por año.

“Es un argumento lamentable que no se sostiene porque el estudio que se realizó en la Argentina fue hecho con una metodología reconocida por la OMS. Es un cuestionamiento extremadamente débil y de mala fe”, subraya Ramos. La diputada porteña María José Lubertino analiza: “Estas son las cifras oficiales y nosotros/as confiamos en esos datos, pero así no fueran 500.000 abortos estamos discutiendo un derecho. Y si es legal, seguramente, se reducirán los abortos. Nosotras queremos reducir muertes, secuelas, abortos y todo tipo de práctica que puedan implicar algún ejercicio de violencia contra las mujeres”.

La activista de la Colectiva Feminista La Revuelta, de Neuquén, Ruth Zurbriggen, y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito reflexiona: “Los sectores antiderechos insisten con la falsedad de estos datos. Otra vez, encabezan una cruzada anticientificista. Siempre descreen de las evidencias empíricas que atentan contra sus preceptos; cuentan en su haber con un historial de violaciones, torturas, mutilaciones, persecuciones en pos de imponer sus creencias. Y, en estos tiempos, los aterra saber que las mujeres decidimos, que no registramos sus mandatos de maternidad como destino y que no tienen el poder supremo-divino sobre nuestros cuerpos. No lo registran porque saben que es hora de los abortos legales en Argentina”.

2. El trauma post aborto es más grave que la realización de un aborto.

“El supuesto efecto negativo en la vida psíquica de una mujer que atraviesa un aborto no tiene ninguna evidencia científica –refuta Ramos–. La información disponible muestra que las mujeres experimentan, después de la experiencia de un aborto inducido, una variedad muy amplia de sentimientos conforme a las condiciones en que ese aborto tuvo lugar. Si una mujer tuvo que realizarse un aborto en condiciones en las que corre riesgo su vida o después de una violación es obvio que va a sufrir stress porque un embarazo fruto de una violación es una salida a una situación dramática.”

Lubertino compara: “Los abortos legales y seguros tienen menos riesgo que sacar una muela. El gran problema del aborto hoy se vincula más con la culpabilización de la mujer que con la práctica”. Mientras que la diputada nacional Cecilia Merchán remarca: “El trauma es totalmente evitable si se legaliza el aborto y se realiza en condiciones seguras. Por otro lado, hay embarazos no deseados cuyo trauma es enorme, como por ejemplo el caso de Romina Tejerina”.

La médica Mabel Bianco y presidenta de la Fundación Estudios de la Mujer (FEIM) explica: “El aborto no es un proceso alegre para la mujer. Sin embargo, el trauma de un embarazo no querido, como por ejemplo en las mujeres violadas, es mucho más grave y con secuelas de por vida porque durante meses vive la terrible ambivalencia frente al feto: odio por ser el recuerdo de la violación y el sentimiento de afecto a ese feto que engendra. Una vez que nace esto se agrava porque ve frente a sí al niño que le recuerda la violación. Es un acto de sadismo obligar a las mujeres a vivirlo”.

Marta Alanís, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir Argentina y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito apunta: “Las secuelas psicológicas adversas sólo se producen en un pequeño porcentaje de mujeres. En cambio la frecuencia y gravedad de esas consecuencias son mucho más altas entre las mujeres a quienes se niega un aborto y los nacidos como resultado de esa imposibilidad de acceder al aborto. También hay mujeres que sufren de depresión pero tenían este padecimiento antes de embarazarse e interrumpir el embarazo. Otras sufren consecuencias psicológicas cuando interrumpen un embarazo deseado por malformaciones graves o incompatibles con la vida. En todas las situaciones las consecuencias psicológicas por practicar un aborto no superan a las que se producen después del parto o puerperio. Es importante remarcar que gran parte de las consecuencias psicológicas, como la culpa, son generadas por aquellos grupos religiosos que abruman a las mujeres con discursos irrespetuosos de sus decisiones”.

3. Si la Justicia no autorizó a un varón a decidir no ser padre después de haber congelado embriones con su ahora ex esposa, una mujer tampoco puede interrumpir un embarazo.

“Desde todo punto de vista (filosófico, científico) un embrión no es un niño, ni siquiera es un feto, por eso tiene un tratamiento distinto. El fundamentalismo de la Justicia llegó al punto de obligar a una persona, contra su voluntad, a ser padre a pesar de su derecho a decidir. Ni siquiera en el texto del Código Civil se dice que hay protección si no es en el seno materno. Incluso el concepto de “persona por nacer, que tampoco es un concepto que impida la interrupción voluntaria del embarazo, habla desde la concepción en el seno materno”, señala Lubertino. Y muestra cómo obligar a un varón a ser padre antes de que se produzca el embarazo puede ser un boomerang ideológico contra las mujeres: “Hasta tanto se produce la implantación en el útero sería absolutamente revocable la voluntad del padre de llevar adelante ese embarazo y esa posterior paternidad”.

4. En vez de abortar, las embarazadas que no quieren ser madres pueden dar a su hijo/a en adopción.

Alanís descarta: “La maternidad no es aguantar, no es destino, no es desgracia o mala suerte. La maternidad es un acto consciente, voluntario, que implica un compromiso amoroso con otro ser humano para toda la vida. La adopción es una necesidad de las y los menores cuando quedan huérfanos/as y no un derecho absoluto de las personas que no pueden engendrar hijos. Se pretende que todos los embarazos no deseados lleguen a término para satisfacer una demanda egoísta de otros sin respetar la decisión de la mujer gestante”.

5. Si el alquiler de vientres demuestra que una mujer puede gestar un embarazo y luego desprenderse del bebé. ¿Por qué no pueden hacer lo mismo con un embarazo no deseado?
“Hay muchas posiciones dentro del feminismo que no acompañan la maternidad subrogada porque se está usando a una mujer como una incubadora y es la misma discusión que con la prostitución o la explotación sexual. Pero la duda es si prohibiéndolo no se genera un mercado paralelo que va a terminar con mujeres que tienen menos recursos y, por eso, alquilan su vientre”, señala Lubertino. Aunque, igualmente, diferencia esta mirada crítica de una comparación con la decisión de abortar: “Pero la diferencia central es que quien alquila su vientre lo hace voluntariamente. En cambio, ante un aborto, hay una mujer que no desea ser madre”.

Esteban Paulon, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgtb) dice: “Por supuesto que estoy a favor del alquiler de vientres por parte de gays y personas trans. Me parece que es obvio que una cosa es la decisión autónoma de una mujer que puede tener un embarazo deseado para subrogación a una mujer que queda embarazada sin desearlo y se le propone como alternativa que –sin nunca haberlo proyectado– lleve a término ese embarazo para darlo en adopción”, diferencia. “Es un debate en torno de la autonomía y libertad de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, por lo tanto plantear que una mujer que sufre un embarazo no deseado y decide abortar va a llevar a término ese embarazo como si fuera una incubadora lesiona este principio. Sería interesante preguntarle a una mujer con varios hijos a la que se le pide llevar a término un embarazo no deseado para dar en adopción al niño/ niña a cuál de sus hijos elegiría para dar en adopción”, propone.

Fuentes: Lucía Peker - Las 12 - 07 de Octubre de 2011