En época electoral todos están con los motores encendidos tratando de llegar al cargo que anhelan. La hoy diputada Cynthia Hotton no es la excepción. Lo que por ahí no se entiende es el modo. Esta muchacha perteneciente al monobloque "Valores Para Mi País", apelando a lxs fanáticxs religiosxs, a lxs fachxs y a lxs reaccionarixs para llegar a algún espacio de poder. El mandato como Diputada de la Nación se le termina este año así que, para no quedar fuera, se presentará para legisladora porteña.
A un año de sancionada la Ley de Matrimonio Igualitario sigue defendiendo su posición de extrema derecha, intentando que todos y todas, argentinos y argentinas vivamos bajo sus preceptos morales. Ella es evangélica practicante. Con el pretexto de "defendamos la familia" se posicionó abiertamente en contra del reconocimiento del derecho de las personas a contraer matrimonio con personas del mismo sexo, excusando su rechazo homófobo en interpretaciones erróneas de la biblia, observando algunos pasajes y desobedeciendo otros. Según Hotton, su Dios condena a la homosexualidad sin tener en cuenta el momento histórico en que supuestamente fue dictada esa condena. El pasaje se encuentra en el éxodo, cuando el tal Dios estaba rearmando su pueblo. En ese momento era lógico que pretendiera procreación y le diera un valor por sobre el placer. Hoy el valor no es la procreación, pensar la sexualidad así sería una reducción animalista del ser humano. No tener en cuenta la sexualidad tal y como es, mantiene la construcción social binaria de MACHO-HEMBRA. Los seres humanos somos mucho más que eso, somos seres sociales, tenemos intenciones, deseos, proyectos de vida, etc.
Sin embargo no observa con la misma severidad, por ejemplo, las condenas a las mujeres adúlteras a morir lapidadas o dar muerte al hijo o hija que desobedeciera a su padre. ¿Nos resulta una salvajada estas dos sentencias? También debería serlo el criminalizar o patologizar la homosexualidad o las identidades que están por fuera de esa construcción binaria de lo masculino y femenino. Beatriz Preciado sostiene claramente que el único órgano erógeno que todos y todas compartimos es el ano y es posible disfrutar de una sexualidad anal, tanto como vaginal. Esa reducción a lo copulativo pene-vagina no es necesariamente "lo natural". Por que también es natural el sexo anal, el sexo oral, la masturbación, la exploración de sí mismx y del otrx, el deseo por sí mismx y por otros y otras, etc. Y todas estas maneras de experimentar la sexualidad son tan válidas como el coito vaginal.
El tema es que Hotton, como otrxs muchxs que dirigen los destinos de lxs argentinxs, no se animan a experimentar con su propio cuerpo y con el de sus parejas. O lo hacen hipócritamente. Yo quisiera saber si la señora Hotton, o la señora Negre alguna vez no saborearon con sus lenguas el néctar de un pene erecto y si de haberlo hecho ese acto las convirtió en peores personas.
El tema es no discriminar a otrxs que viven otras sexualidades diferentes a las de ellas porque, bien reza el dicho popular, el que escupe al cielo, le cae en la cara.